domingo, 2 de noviembre de 2008

Fuego Ártico

Man Ray


Grábamelo a fuego y nunca menciones que fui yo quien te lo pidió.

No eran más de las cuatro de la madrugada, fuera hacía un frío invernal y ambos estábamos despiertos.

- ¿No duermes?

- No.

Esa noche me amó más que nunca, clavándose como puñales de hielo en mis entrañas. Lo recordaré hasta el fin de mis días.

Al despertar se había marchado. Para siempre.



No hay comentarios: